sábado, 10 de septiembre de 2011

El rey del mundo


Aquel día, el sol explotó en mil pedazos.
Aquella noche, el cielo reventó en un instante, de repente.
Aquella noche, mi corazón murió.
Soy el rey del mundo.
Soy el rey del mundo y me levanto cada día para verlo, para verte. Soy el rey del mundo y aquel día mi mundo también murió, contigo, sin ti.
Soy el rey del mundo y aquella noche mí corazón murió y en mi corazón morías tú también.
Soy el rey del mundo y me acuesto cada día por no verlo, por no verte.
Y cada hora que paso sin verte, mi corazón se muere más y más y se entierra en lo más profundo de mí ser. Y muere cada día más porque soy el rey de un mundo que no tiene corazón.
Soy el rey del mundo y cada vez que muero, conmigo mueres tú.
Y con nosotros muere el mundo, porque soy el rey de un mundo que no puedes ver.
Soy el rey del mundo y mi mundo eres tú. Tú eres mi reino, tú eres mi reina. Eres el sol alrededor del que yo giro. Eres las noches de mis días, yo, los días de tus noches.
Y cada mañana vuelvo a nacer y te busco todo el día hasta el anochecer en que todo se acaba un día más, una vez más.
 Y conmigo mueres tu y contigo muero yo, porque yo soy tu y tu eres yo y aunque te deseo no te puedo tener, porque estás dentro de mi como yo estoy dentro de ti, porque los dos somos uno solo y uno solo sólo somos los dos a la vez.
Paso la vida detrás de ti, por eso no ves. Todo el día a tus espaldas, todo el día tras tus faldas. Separados por la distancia. Estás ahí al lado pero tan lejos de mi, ya ves, tu tan lejos y yo tan cerca que casi te puedo tocar.
Soy el rey del mundo y vivo en las estrellas, enjaulado en el deseo de verte, de tenerte, de tocarte.....
Soy el rey del mundo, pero solo yo lo sé, ni siquiera tú te enteras cada vez que me ves.

domingo, 17 de julio de 2011

Hoy


Hoy, mis ojos sangran por verte sangrar.
Hoy, mis ojos lloran por verte llorar y mueren cuando tú mueres.
Y la noche sucumbe bajo tu mirada cruel, dañina y mortal.
Ambiciosa oscuridad posesiva rasgada por monótonas manos de sudor, sangre y lágrimas.
De tibias miradas resentidas de odio, ajenas al sufrimiento.
Y en mis manos tu dolor me duele y lo siento como si la sangre que brota de tu cuerpo fuera la misma que me dejo en sus entrañas.
Y la vida se me va con ella, contigo, que me la dejo en cada rincón, en cada esquina...
Y que triste es vivir cuando al día siguiente no que mas que un día más, y otro, y otro, y otro, y.....

domingo, 26 de junio de 2011

Mantis


Llegué a un lugar malo, como tu.
Oscuro, como tu negra alma.
Frío, como tu helado corazón.
Vacío, como tus sentimientos, como tus pensamientos.
Llegué a un lugar malo, pues llegué a ti.
Y sin embargo, podría llegar a quererte.
Y eso que eres mala, la serpiente del paraíso, eres.
La soberbia, mujer, sin piedad y sin razón.
Tu locura es tu perdición.
Pues ni tu belleza te salva de arder en el infierno, por tu maldad, por tu condición inhumana, salvaje, que impunemente muestras contra todas tus victimas, maniatadas en su pensamiento, acalladas en su sentir, bajo tu sombra embaucadora, bajo la tela que tejes sobre ellos, devorándolos en tu noche voraz cual mantis religiosa, avasalladora, animal, brutal.
Y sin embargo......
podría llegar a quererte.

domingo, 12 de junio de 2011

El hijo de la muerte


Soy el hijo de la muerte, del dolor y la miseria.
Y si de mi vida no me queda más que morir, ¿a que aferrarme?
Soy el hijo de la muerte y no temo el momento de irme.
Abro la boca para hablar pero nada ocurre, excepto cuando me callo, que calla el mundo en mi dolor.
Soy el hijo de la muerte, del otro lado. Todos lo somos, pero como yo, ninguno.
Miro en el espejo de las sombras la cara del loco que llevo dentro. Palpita corazón, que el miedo ya pasó.
Y en la pared veo reflejada mi alma de dolor y sufrimiento, pues miserable como yo, ninguno.
Vivo en la cuerda floja, rodeado de peligro, pero me gusta.
Hoy vi llover y la lluvia eran mis lágrimas. Desalojan mis ojos su desesperación pues es pesado viaje para tan largo viaje.
Ya nada es como ayer, ni como fue, ni como antes.
Con el canto del gallo la hora se acerca y me alejo de vosotros. Cada paso que doy es un paso hacia la locura, hacia la sinrazón. ¿Que será de mi? victima desamparada de la tristeza, si el sol se olvida de salir, si la marea se olvida de subir; ¿donde lavaré mis penas? Por no hablar me callo, no vaya a ser que diga algo, pues callado paso mi existencia, mirando el sol, cegando mis ojos, pues nada quiero ver ya sino quedarme con tu recuerdo.
Amanece y llega el momento.
Y con el viento del norte me despido de vosotros, me despido de la vida, pues vivir me causa la muerte.
Soy el hijo de la muerte pero ningún día es bueno para morir. Soy el hijo de la muerte, todos lo somos, pero como yo, ninguno.

sábado, 28 de mayo de 2011

Gasolina y fuego



Rage Against The Machine suenan en la radio. El sonido distorsionado llena la habitación, rebotando en las paredes, chirriando en sus oídos. El sol a punto de esconderse, a lo lejos, en el horizonte. Hoy parece más frío que nunca, minúsculo, apagado. Las persianas bajas, levemente filtran los rayos de luz, dejando al descubierto flotantes formaciones polvorientas y apenas consigue iluminar la habitación de un sucio motel.
Vivir es un despropósito y su único propósito es vivir. Con una lata de gasolina por compañera, iba dejando pudrir el tiempo hasta el final, mientras la rabia sigue golpeando, con cada acorde, nota por nota, golpe a golpe.
Yo soy tu y tu eres mi sombra y mi sombra es ese amargo suicida que camina malherido por la oscuridad de un inmenso vacío, mientras Tom araña el ambiente y De La Rocha proclama consignas subversivas a ritmo infernal.
Corazones rotos sangran en las esquinas. Lloran almas en pena por su vida perdida, en sucios callejones, en callejones oscuros. Pero algo falta. ¿Sentimiento?, tal vez. Y puede ser esa la chispa que prenda en la hoguera, hoguera en la que la vida se disfraza en desvanecidas ascuas incandescentes. Entonces comprenderás que solo la mitad de lo que ves, es.
Inmerso en ti, en tu tiempo, en tu mundo, quizás puedas descubrirlo quizás intentes ocultarlo, pero no podrás permanecer impasible, porque probablemente de ello dependa tu vida, probablemente de ello dependa la llama que ha de prender en el fino hilo del que pende tu existencia, toda tu existencia. Personal e intransferible. Mientras la lata comienza a derramarse, pero ¿quien vacía a quien? ¿Cual de los dos logrará experimentar primero la vacía sensación de lo sin vida? Quizá suya sea la desgracia, o tal vez la suerte. Su suerte, su muerte.
Hasta este momento, su vida siempre había girado en sentido contrario al de las agujas del reloj.
Soledad.
Soledad, miedo y ¿fuego?

sábado, 21 de mayo de 2011

La memoría de la piel



Me hago duras pruebas de infelicidad para probar mi resistencia a un doloroso clima de soledad. Tras la puerta se vá mi vida, para siempre; baja colgada de tu corazón, escaleras abajo.
Tengo dos esposas, una baila muerta en el camino. Celebro la muerte de quien la trajo. La otra encadena mis manos a la soledad de esta prisión. 

Llevo la palabra Desprecio tatuada en mi frente y en el pecho una rosa que me clava sus espinas en el corazón, marchito por los recuerdos.
 Desaparezco por las sucias calles, corriendo, a oscuras, a escondidas sin ni siquiera saber porqué pues a nadie le temo más que a mi mismo. No me preguntes porqué.
A pesar de todo, levanto mi cabeza orgulloso y miro de frente al mundo con mis ojos, cara a cara.


Todo sigue igual que cuando te fuiste. 
Iba a morir sin ti, decías, y sin embargo, ya ves, sigo aquí, tarareando esta alegre canción.


Estos son mis pies, los que me llevan a esos senderos de libertad que desde mi ventana no puedo ver, pues solo desierto y desesperación es lo que el paisaje me ofrece. Por eso me escapo, porque me cuesta ser esclavo de mis inquietudes, me cuesta arriesgar y perder, jugar y no ganar. Me duele la derrota así como el olvido. Y aunque tropiece con las piedras del camino, una y otra vez me levantaré. 

Miro en la bola de cristal el futuro que me espera. ¡¡ Que ironías me guarda el destino!! 
Vi pasar mi vida por delante de mis ojos a gran velocidad, en escasos segundos. Pude ver los hechos más relevantes de mi vida, los más importantes. Por eso no vi nada, por eso todo estaba en blanco, porque mi vida siempre ha estado vacía, como un carrete velado, como la luz después del túnel, como un inmenso pozo de mierda. 
De todos modos, descorcho una botella y brindo. ¿Quien sabe cuando podré volver a hacerlo?, pues para llorar, siempre hay tiempo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Diógenes




Vivo en un piso de 30 metros cuadrados, y se me queda pequeño. No me cabe dentro tanta rabia y frustración, tanto odio y tanto dolor.
Me llaman misántropo, no lo sé, puede ser, pero luzco con orgullo en mi ojo el tatuaje de recuerdo de mi última pelea, y una cicatriz en la ingle me recuerda que la vida nunca es justa, ni fácil.
Durante años solo pensaba en morir, pero lo fui dejando pasar. Ahora ya soy demasiado viejo para hacerlo. Ya la vida se cobrará sus deudas. Y porto cada día una sonrisa de ironía, y menosprecio hacia mi mismo, pues todavía me sorprende seguir vivo.
La banda sonora de mis sueños, la recurrente pesadilla de estar vivo. El slogan de mi vida, vivo por vivir, por pasar el rato, inquilino de este momento ingrato.
Otro día perdido en la inútil sucesión de días muertos en los que se ha convertido mi vida. Otro día perdido sin saber si al fin será este el último.
Hoy meé sangre. Mis riñones empujaron y pudieron. Mi cabeza, como en la nevera de Jeffrey Dahmer. Mi cuerpo, como Bam Marguera al caer del último peldaño de la escalera.
Me vi en el espejo y este me devolvió el reflejo de algo sucio.
Mi hermano nació muerto para mi. No es más que un extraño. De mi padre, hace años renegué. Nací en un país sin patria, que adora a estúpidos dioses, con ridículas creencias, costumbres y tradiciones. Hace tiempo renegué de ello. Metete a tu dios por el culo, a ver si te explota. Te llevaré una cuchara cuando eso suceda.
Mi odio me impide amaros. Es quizá por eso que os odio como a mi mismo. Tengo el corazón vacío. Te alquilo la mitad, si te hace falta, a mi me sobra. Vomito mi dolor en cada mirada, y no tengo razones, ni excusas. La realidad es la única excusa posible.
Te presto mis puños, ¿los quieres? te los presto en cada ofensa, en cada afrenta. Son tuyos, yo no los necesito. Tómalos. Soy perro viejo para andar batallando. No se si mas viejo o mas perro.
Hoy meé sangre, demasiado dolor, ¿lo quieres? te lo presto, te lo regalo, llévatelo, yo no lo necesito.

sábado, 7 de mayo de 2011

El Abismo





El Abismo nos engulle. Nos hace prisioneros de su dependencia. Dueño de nuestros destinos, nos precipita hacia sus adentros, a ese mundo sobrenatural de nuestras profundas frustraciones. El abismo es nuestra madre que nos cuida y nos protege, para así evitar que huyamos de su lado. Siempre a su vera, así vivimos, siempre al borde del Abismo.

sábado, 23 de abril de 2011

El gran secreto


Dicen que hace muchos años, tal vez eones, los dioses quisieron esconder sus secretos para que no cayesen en manos inadecuadas.
-         En lo más alto de las montañas. Dijo uno.
-         En el abismo más profundo de los océanos. Dijo otro.
-         Enterrado en la más profunda de las cuevas. Contestó un tercero.
-         No  – añadió otro. Lo esconderemos donde nunca a nadie se le ocurrirá buscarlo. En el interior del ser humano.

Leo Strauss nos confesaba que existen una serie de iniciados que comprenden una verdad oculta, un secreto tan desestabilizante para el ser humano, que haría que el mundo tal y como lo conocemos saltara por los aires. Por ello debe ser ocultada al publico en general y por ello, las masas deben permanecer en la mas grande las ignorancias y permanecer completamente distraídos, para así permanecer desinformados y que nunca llegue a sospechar tan siquiera de su existencia. La existencia de un enorme poder.
 
Desde la noche de los tiempos, levantando su cabeza hacia el infinito estrellado, siendo consciente de su insignificancia, el hombre ha buscado el secreto para combatir aquello que le horrorizaba: La muerte. El secreto de la inmortalidad humana. Al no encontrarlo, se ha inventado un “más allá”, un lugar donde al menos pueda sobrevivir el cuerpo inmaterial: el alma.

Si el hombre conociese ese inmenso poder escondido por los dioses en nuestro interior, volcaría toda su existencia en su búsqueda. Nos daríamos de bruces con el conocimiento de que, al igual que los dioses, el hombre también es inmortal, hecho a imagen y semejanza de los dioses, los elohim.

Quien no ha dicho, pensando sobre la muerte “como se va a acabar esto aquí? No puede ser esto todo.”
No somos conscientes de nuestra inmortalidad, pero acaso, no es el hombre un ser en permanente búsqueda? No ha buscado siempre trascender, perdurar, sobrevivir? Si hasta tenemos un instinto para eso. El instinto de supervivencia. No es acaso el resquicio de una memoria genética que nos está diciendo que no es así, que hay algo más en nuestros genes. Que debemos seguir buscando. Nos lo recuerda una y otra vez, que no tenemos que conformarnos.

El gran físico Nicola Tesla dijo que el ser humano era una perfecta maquina atrofiada llena de enormes posibilidades sin desarrollar.
Alguien se encarga de entretenernos, de distraernos, de desinformarnos para que no consigamos realizarnos en plenitud.
Es por eso que nos pasamos la vida buscando. Siempre buscando pero nunca encontrando. Tan enorme es ese poder que ni se nos ocurre que buscando podríamos encontrar algo así, de tamaña envergadura. Y claro que tampoco nos lo ponen fácil.

Ya desde la época de Abraham el judío, en su camino en pos de la inmortalidad, nos avisó de ello, ya que dijo que en su larga búsqueda a través de los continentes, solo se había encontrado con embaucadores, truhanes, farsantes y chantajistas. Desinformadores todos ellos.
Si bien nos contó también que lo más cerca que ha estado de dicho fin había sido en Egipto. Claro que los egipcios tal vez comprendían algo que a los demás se les había escapado hasta aquel entonces y es que si momificaban a sus muertos, a través de depuradas técnicas de momificación, no fuese por otra cosa que pretender que sus cuerpos, no ya estuviesen preparados para una supuesta resurrección ya que habían sido previamente eviscerados, sino más bien, al igual que hoy en día, hay quien crióniza su cuerpo para que pueda ser reparado en el futuro, los egipcios intuían que debían salvaguardar su ADN para que tal vez alguien, en el futuro, pudiese regenerar sus células y dar vida a sus faraones.

Sabemos que muchos de los misterios egipcios han pasado, siglo tras siglo, a nuestros días a través de la alquimia. Y cual era si no el propósito de la alquimia al querer realizar la Gran Obra que el conseguir la perfección del cuerpo y la mente. Y que mayor perfección que conseguir la inmortalidad física?
No es acaso esa la verdadera piedra filosofal que convierte la pesadez plúmbica de la vida en la aureada inmortalidad?

Ese mismo debería ser hoy en día el Santo Grial de la ciencia. La búsqueda de los mecanismos por los cuales las células deciden sin más que deben dejar de reproducirse y alterarlos a nuestra voluntad. Eso sería jugar a ser Dios, podrían decir algunos, pero acaso, no nos dicen los evangelios “sois dioses”?

“Somos dioses” y no lo recordamos. “Somos dioses” pero no lo sabemos. Ese es el gran secreto. Sabemos que nuestras células, en sus reacciones metabólicas producen efectos lumínicos. Producen luz. Y si conseguimos que nuestras células se reproduzcan una y otra vez, sin límite, habremos conseguido un haz de luz infinito, tal vez esa luz infinita y eterna de la que nos han hablado los sabios, los santones y los místicos a lo largo de los milenios. Fundirnos con esa luz de nuestro interior infinitamente a través de nuestra inmortalidad. Nuestro propio camino hacia la luz Somos dioses y somos luz. Somos seres de luz.

De hecho, quien de joven no se ha sentido inmortal? Quien no ha visto la muerte como algo que solo les pasa a los demás, como algo lejano? Solo cuando aceptamos, poco a poco, con los sinsabores de la vida, que nosotros no somos distintos de los demás, que nuestro final también es seguro, es tal vez cuando nuestras células se reprograman y marcan el momento en el que deben de dejar de reproducirse. Pero los últimos descubrimientos en el campo de la física cuantica nos dice que nuestro cerebro, nuestros pensamientos y nuestros deseos influyen en nuestro entorno y en nuestra vida cotidiana. Si sabemos que moriremos estamos forjando nuestro destino mortal, a lo largo de los años. Somos dioses, creamos con nuestros pensamientos nuestra realidad y nuestras circunstancias. Deberíamos crearnos una realidad inmortal y comenzar a enseñar a las generaciones venideras a forjar esos pensamientos. Tal vez algún día, ese sea el camino que consiga tomar el ser humano, tal vez la evolución definitiva, la necesaria para poder colonizar otros planetas viajando intergalacticamente con nuestras vidas infinitas.
A lo largo de la historia y obviando al conde de Saint Germain, solo hemos conocido, aparte  de Osiris, tal vez el primero en lograrlo, aunque nos quede muy lejano, el caso de una persona que pudo haber sobrevivido a la muerte física. También sabemos que esa persona al nacer se le entregó una copia del libro de Seth, hecho este ocultado por la Iglesia al ser considerado algo pagano, y sabemos también que esa persona pasó toda su infancia y parte de su edad adulta en Egipto, estudiando los misterios de la magia egipcia entre ellos los rituales de la magia póstuma de Seth y Osiris, que luego se dedicó sin reparo alguno a mostralos por la tierra natal de sus padres, Israel.
Desde que nacemos, la Iglesia nos inunda con su verborrea y con su logotipo del hombre crucificado, por todas partes, a todas horas. Nos recuerdan día a día que somos mortales, que moriremos, que incluso Jesús murió. “Vas a morir”, nos dicen, y ellos tienen la llave de esa vida inmortal, pero no está aquí, no se encuentra a tu alcance.
La Iglesia es la principal desinformadora de la realidad de nuestra esencia. Nos recuerda que incluso Jesús murió aunque luego sobrevivió. Y es por eso que el cristianismo ha tenido tanto éxito. Porque alguien ha logrado lo que desde la noche de los tiempos el hombre había ansiado, vencer a la muerte. Pero también nos dice que si Jesús sobrevivió es porque era dios. Pero no se da cuenta que nosotros “somos dioses”?  Nos han dicho que Jesús era dios y nosotros no y que la inmortalidad solo está al alcance de los dioses, esa es la gran distracción. Pero en la misma medida que nosotros somos dioses, también podemos. El mismo Jesús en ningún momento dice ser dios. Dice “somos dioses” en referencia a todos nosotros. El comprendió algo que nos atañía a todos nosotros y la Iglesia nos lo ha hecho llegar como algo que solo era aplicable a Jesús mismo. Tan dioses somos nosotros, como humano era el.

Otro que en su momento también se pudo haber sentido inmortal fue un personaje tan deleznable como aquel que obedeciendo las oscuras voces que se manifestaban  en su cabeza, no dudó en realizar el mayor sacrificio humano de la historia de la magia negra, el mismo que  comentó que no dudaría en sacrificar a su pueblo si encontrase a otro que sirviera mejor a los intereses que el buscaba, aquel que se había apropiado de mas de cien mil manuscritos alquímicos a la vez que numerosos objetos de poder, aquel que pretendía formar un reich de mil años y que el mismo pretendía gobernar durante ese mismo espacio de tiempo. Aquel que tal vez comprendió algo que por suerte, nunca pudo llegar a conseguir realizar.

Pero siempre la magia y la alquimia por el medio de esta historia y es que tal vez a través de algún tipo de ritual, o de algún tipo de vibración, sea posible desactivar esa cualidad de las células que llegado cierto momento, les anima a dejar de reproducirse. Es necesario encontrar ese método de alquimia interna para alcanzar ese noble fin.

Yo no se si realmente existe esa verdad oculta paro lo que si se que el hombre siempre ha ido buscando  un algo que no encuentra ya desde los tiempos de Gilgamesh, lo que si ha buscado es sobrevivir a la muerte, a pesar de los desinformadores que nos recuerdan a cada paso que no es posible. Ponen demasiado empeño, a mi parecer. Lo que si se es que “somos dioses” y poner a la altura de un dios inalcanzable a alguien que haya sobrevivido a la muerte, es infravalorar nuestras capacidades humanas y sobrevalorar las de ese que si lo ha conseguido poniéndolo como un fin inalcanzable para todos nosotros y hacernos desistir de iniciar esa búsqueda. La búsqueda de la inmortalidad, de nuestra conciencia divina.

Iniciemos ese viaje y descubriremos sorprendidos que viajamos a lomos de un gigante desconocido.

viernes, 22 de abril de 2011

El dios de las cosas muertas


El Dios de las Cosas Muertas es el dios del paso del tiempo, que seca las hojas, seca tu vida. Sabes muy bien que en todo momento te persigue Ozz el Grande y Terrible, en cada rincón, en cada esquina, en cada momento del paso del tiempo, te acecha y te observa y no tiene prisa, pues tiene mil formas, tiene mil maneras, y todas horribles, pues todas tienen como fin hacer tu vida inservible. Se come las horas, mata los días. Con cada minuto que pasa se mueren las cosas, pues El se alimenta del paso del tiempo, y no tienes remedio, con solo un soplido te aparta de en medio. Sabes muy bien que El pondrá fin a tu vida. Es muy paciente, puedes tener un accidente. El te espera, no lo dudes, pues es el encargado de hacer que tu vida se nuble. Hay quien dice que puede verlo en las fotos antiguas, de esas en blanco y negro medio carcomidas. El paso del tiempo las ha convertido en la huella del Dios de las Cosas Muertas.
El Dios de las Cosas Muertas
El Dios de las Cosas muertas
Me tengo que ir, está llamando a mi puerta
El Dios de las Cosas muertas.

lunes, 18 de abril de 2011

La foto

 Toma una foto de mi lapida, es el ultimo recuerdo que tendrás de mi. Es lo último que puedo darte, pues nada mas mereces después de dejarme morir en tus brazos. Te anclaste en mi dolor, y me dueles. Me dejaste morir en tus brazos mientras yo te decía vete, aléjate, sal de mi y ahora te consuelas con el pensamiento de que fue mejor así. Me dejaste morir en tus brazos mientras ¡Oh! estúpido de mi, yo pensaba que me amabas. Me dejaste morir en tus brazos  mientras yo te pedía a gritos ¡NO ME DEJES MORIR! y sin embargo, me dejaste morir en tus brazos. Ahora toma tu puta foto y vete.

sábado, 9 de abril de 2011

Mala fe



Viajé por los campos sembrados de tumbas y de cruces, de dolor y de lágrimas. Los árboles crecían regados en sangre. Vi al diablo sentado en una rama. “Hoy es un buen día para morir” – me dijo, señalando una fosa. “Elige una y será tuya”. Escribía con sangre mi nombre en las puertas del infierno. Le miré a los ojos y le hice la señal de Satanás. Empujé un par de veces mas, fuerte, muy fuerte y desapareció. Llegué. Llegué y vi a Dios bajar de la cruz. “Quiero ver lagrimas en tus ojos”, dijo. El ángel exterminador del paraíso se posó a su derecha. En su cara vi el placer. El olor a sangre lo atrajo y empujado por ese olor lo partió a la mitad. Las puertas se abrieron. El cielo ardía y sangraba y en la ciudad eterna mil hombres morían. Vi a Lucifer contento. Se reía y me miraba. Estaba de pie llamándome. “Dios ha muerto. Únete a mi y seré invencible”. La sangre caía del cielo y los mártires lloraban. La traición estaba consumada y los ángeles morían despedazados por millones de demonios que salían de los infiernos. Los hombres sagrados no lo eran tanto al fin al cabo. Inútil espera en el paraíso de los mártires. Su santidad malgastada por los siglos de los siglos…..