domingo, 26 de junio de 2011

Mantis


Llegué a un lugar malo, como tu.
Oscuro, como tu negra alma.
Frío, como tu helado corazón.
Vacío, como tus sentimientos, como tus pensamientos.
Llegué a un lugar malo, pues llegué a ti.
Y sin embargo, podría llegar a quererte.
Y eso que eres mala, la serpiente del paraíso, eres.
La soberbia, mujer, sin piedad y sin razón.
Tu locura es tu perdición.
Pues ni tu belleza te salva de arder en el infierno, por tu maldad, por tu condición inhumana, salvaje, que impunemente muestras contra todas tus victimas, maniatadas en su pensamiento, acalladas en su sentir, bajo tu sombra embaucadora, bajo la tela que tejes sobre ellos, devorándolos en tu noche voraz cual mantis religiosa, avasalladora, animal, brutal.
Y sin embargo......
podría llegar a quererte.

domingo, 12 de junio de 2011

El hijo de la muerte


Soy el hijo de la muerte, del dolor y la miseria.
Y si de mi vida no me queda más que morir, ¿a que aferrarme?
Soy el hijo de la muerte y no temo el momento de irme.
Abro la boca para hablar pero nada ocurre, excepto cuando me callo, que calla el mundo en mi dolor.
Soy el hijo de la muerte, del otro lado. Todos lo somos, pero como yo, ninguno.
Miro en el espejo de las sombras la cara del loco que llevo dentro. Palpita corazón, que el miedo ya pasó.
Y en la pared veo reflejada mi alma de dolor y sufrimiento, pues miserable como yo, ninguno.
Vivo en la cuerda floja, rodeado de peligro, pero me gusta.
Hoy vi llover y la lluvia eran mis lágrimas. Desalojan mis ojos su desesperación pues es pesado viaje para tan largo viaje.
Ya nada es como ayer, ni como fue, ni como antes.
Con el canto del gallo la hora se acerca y me alejo de vosotros. Cada paso que doy es un paso hacia la locura, hacia la sinrazón. ¿Que será de mi? victima desamparada de la tristeza, si el sol se olvida de salir, si la marea se olvida de subir; ¿donde lavaré mis penas? Por no hablar me callo, no vaya a ser que diga algo, pues callado paso mi existencia, mirando el sol, cegando mis ojos, pues nada quiero ver ya sino quedarme con tu recuerdo.
Amanece y llega el momento.
Y con el viento del norte me despido de vosotros, me despido de la vida, pues vivir me causa la muerte.
Soy el hijo de la muerte pero ningún día es bueno para morir. Soy el hijo de la muerte, todos lo somos, pero como yo, ninguno.